No es lo mismo exportar un polo blanco sin aplicaciones que uno con diseño y marca propia. Mientras que el primero compite fuertemente con productos similares de América Central, Asia y Europa del Este, el segundo goza de una diferenciación que permite añadir ese añorado margen en el precio final de exportación. Acaso sea el sueño de todo exportador conseguir diferenciar su producto. El caso del café también ejemplifica esta situación, ya que el café certificado orgánico y fair trade –término usado para todo producto cuyo proceso productivo cumple con estándares internacionales de respeto al trabajo– goza de mejores precios. Así, según Transfair USA, el volumen importado de café fair trade alcanzó 181,392 sacos en el 2004, un 92% más que en el 2003, y el 83% del mismo también poseía el sello orgánico. En cuanto al abastecimiento de café orgánico certificado, los principales países son México, Perú, Guatemala y Brasil, con más del 75% de la producción. En general, América Latina produce un millón de sacos de café fair trade, sin embargo, sólo un tercio se logra comercializar bajo este esquema. Este crecimiento de la demanda está promoviendo la aparición de varios importadores que suelen ubicarse en la costa Este –California y Washington– y en la costa Oeste –Nueva York y Nueva Jersey–. Así, de las cuatro empresas que dominan el 80% del mercado de café tostado, tres de ellas ofrecen café certificado: Kraft, Procter&Gamble y Sara Lee. Otros tostadores de importancia son Green Mountain, Allegro Coffee y Equal Exchange, así como las cafeterías Starbucks y Dunkin´ Donuts, los supermercados Kroger, Albertsons, Safeway y Ahold, y tiendas de productos naturales como Whole Foods, Trader Joe´s y Wild Oats. Cabe resaltar que para ingresar a Estados Unidos, el café orgánico, por ejemplo, debe cumplir con los Estándares Nacionales Orgánicos (NOS, por sus siglas en inglés). Los NOS exigen que todos los agentes certificadores sean acreditados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Adicionalmente, el almacenaje de café orgánico debe ser más cuidadoso, pues no puede mezclarse con café no orgánico. En el caso del café fair trade, todas las empresas exportadoras que participen de la cadena deben tener una licencia de Transfair USA y pagar una anualidad. También hay que tomar en cuenta la Ley contra el Bioterrorismo, diseñada para proteger al país contra amenazas de bioterrorismo en sus fuentes de alimentación.
Aldo Defilippi - Correo
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