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CAFÉ HAITÍ Y SUS 45 AÑOS

Parafraseando a don Abraham Valdelomar cuando se refirió al famoso Palais Concert podríamos decir que 'El Perú es Lima, Lima es Miraflores y Miraflores es el Haití'. Y razones hay de sobra. ¿Quién de nosotros no ha pasado por el Haití para tomarse un cortadito, un express o un capuccino? Y es que el tradicional y emblemático café miraflorino celebra orgulloso, y con la misma cordialidad de siempre, sus primeros 45 años en nuestro país.
Ubicado en un estratégico punto de Miraflores, colindante con el Parque Kennedy del distrito, el CAFÉ HAITI de la calle Diagonal abrió sus puertas un 23 de febrero de 1962. Inmediatamente, la calidad de su atención y, sobre todo, del exquisito café, motivó que por las instalaciones del HAITI no sólo se dieran cita ex Presidentes de la República y renombrados escritores como Bryce, Vargas Llosa o Julio Ramón Ribeyro, sino que también llegaran grandes artistas de la época, notables periodistas y embajadores de nuestro cuerpo diplomático acreditado en el país. Todo ello le dio al lugar una atmósfera cosmopolita y bohemia, atractivos que hasta la fecha conserva.
En el HAITÍ se prepara el mejor café de la ciudad, incluido el popular 'bigote' que es la esencia y el elíxir sólo para los 'cafemaníacos'. El 80% del café que se utiliza es netamente peruano, mientras que el resto proviene de Colombia y Brasil.
Con sus dos espaciosos niveles, el CAFÉ HAITÍ mantiene intactas la calidad y el servicio cordial de antaño. Peruanos y extranjeros, 'pituquitos' y los 'otros' se mezclan en sus amplios ambientes. Pero también políticos de todas las bancadas, tendencias y simpatías (y antipatías) han ocupado, más de una vez, sus mesas bebiendo humeantes tazas de 'express': Fernando Belaúnde, Alan García, y Ollanta Humala. Todos ellos acompañados de sus respectivos equipos de campaña, 'cocinando' tal vez los destinos de nuestro país.
Actualmente laboran en CAFÉ HAITÍ laboran 45 trabajadores que, en turnos diversos, atienden en el local -de lunes a domingo- desde las 7.00 am hasta las 2.00 am. del día siguiente. Cosa curiosa: en sus 45 años el HAITÍ nunca dejó de abrir sus puertas, ni cuando las 'papas quemaban' en los álgidos momentos de nuestra política. Y es que allí era el punto obligado para comentar los descalabros de algún mal gobernante.
Y si decide sentarse en los exteriores del local, pues será objeto de las miradas de cuanto peatón circule por sus linderos. Y, tal vez, mañana algún indiscreto amigo le comente al día siguiente (y con rima incluída): 'Te vi en el Haití!!'. Son los 'riesgos' de la fama que persigue a este simpático recinto.

Vía: peru.com

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