México, DF.-Cuando los hermanos Marc y Nick Francis comenzaron a filmar su documental “Black Gold”, sobre la pobreza que padecen los caficultores alrededor del mundo, jamás pensaron que su inquietud llegaría al primer ministro de Inglaterra Tony Blair o al parlamento europeo.
Tampoco imaginaron que el gobierno de Etiopía los ayudaría a promocionar la película como una forma de crear consciencia sobre las dificultades que padecen sus campesinos.
“La película ha tenido un gran impacto entre las compañías de café, en los consumidores y los gobiernos, y en algunos casos, en los agricultores mismos.
Las multinacionales de café han reaccionado, en particular Starbucks'’, dijo Nick Francis a
No obstante, los hermanos reconocieron que las multinacionales están mostrando interés en la denuncia de su película más por el daño que ello puede representar a su imagen, que por la pobreza que viven los agricultores.
Los cineastas no están seguros de cuál será a largo plazo la atención que pueda darle Blair, que se reunió con ellos, pero aseguran que es importante que haya escuchado. Los realizadores se interesaron en el tema después de que en el 2003 trascendió que Etiopía tenía una nueva crisis de falta de alimentos.
“Allí seguían produciendo café, pero tenían problemas para obtener alimentos, mientras la industria de café seguía creciendo y nos dijimos allí hay una historia que necesita contarse'’, afirmó Marc.
“En Europa cuando pensamos en Africa pensamos en darles alguna ayuda, alguna caridad, enviarles comida y nosotros queríamos cambiar esa percepción. No es cuestión de darles ayuda, es sobre hacer un Comercio Justo'’, agregó.
Tras recorrer varios países entrevistando agricultores, los directores entendieron que no basta que las multinacionales les construyan un puente o una tubería de agua en sus comunidades para compensar.
Lo que realmente necesitan los campesinos es que les paguen “un precio decente'’ por sus cultivos y ellos ya decidirían qué puente construir o qué escuela. En la actualidad los cultivadores de café en Etiopía reciben un precio entre 20 y 25 centavos de dólar por una libra de café, mientras en Europa se puede llegar a vender esa cantidad por unos 200 dólares.
“Con ese ingreso los caficultores no pueden educar a sus hijos o pagar por los servicios médicos básicos'’ que hay en los países desarrollados, dijo Marc, quien llevaba puesta una camisa con la leyenda “Think Coffee'’ (piensa en café).
El mismo problema ocurre con caficultores en México o Colombia, pero también ocurre con las personas que cultivan algodón o maíz en el mundo. “Es un tema global'’ y la idea con su película es demostrar que la globalización deja mal parados a los que están en el primer eslabón de la cadena.
“Black Gold'’ ha participado como parte de la selección oficial de los festivales de cine de Londres, Seattle, Sundance, Río de Janeiro y Melbourne.
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